La rivalidad entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner está definiendo una nueva era en el tenis mundial. Tras convertirse en el primer italiano campeón de Wimbledon, Sinner reflexionó: 'Sé que Alcaraz vendrá por mí, pero no solo él. Somos un gran objetivo para todos, tenemos que estar preparados'. Esta mentalidad refleja la filosofía compartida por ambos jugadores, quienes ya piensan en mejorar para el próximo desafío.

Darren Cahill, entrenador de Sinner, destaca lo que hace especial a estos jóvenes: 'Jannik se divierte como cualquier joven de 23 años, pero tiene una mentalidad especial en la cancha. Por eso él y Carlos están haciendo lo que hacen, porque primero piensan en el tenis. La rivalidad ya es increíble, y creo que mejorará con ambos empujándose mutuamente'.

Los hechos hablan por sí solos: entre Alcaraz y Sinner se han repartido los últimos siete Grand Slams, marcando el final de la era anterior que concluyó cuando Djokovic venció a Medvedev en el US Open. El propio 'Nole', a sus 38 años, ha reconocido esta nueva realidad: 'Mi cuerpo no da. Puedo ganar a uno, pero enfrentar a los dos representa un desafío enorme'. Aunque aseguró que 'me queda como mínimo un Wimbledon más', las lesiones tras sus enfrentamientos con esta nueva generación evidencian el cambio de guardia.

Mientras tanto, otros tenistas que parecían destinados a dominar la escena post 'Big 3' están quedando relegados. Alexander Zverev, sin títulos grandes ni número 1, ha reconocido problemas de salud mental. Stefanos Tsitsipas ejemplifica también a esta generación que se queda a medias. Taylor Fritz, pese a su lucha, no alcanza el nivel de los dos dominadores.

Surgen talentos jóvenes como Jack Draper, Lorenzo Musetti, Ben Shelton y Holger Rune, este último con potencial para rivalizar pero más conocido por sus quejas que por su tenis. El talento brasileño Joao Fonseca, de 18 años, también promete.

La comparación es inevitable: el 'Big 3' acumuló 66 Grand Slams, mientras que el 'Big 2' ya suma 9. Con el US Open en el horizonte, Alcaraz y Sinner continúan su pugna por un número 1 que parece estar solo a su alcance, confirmando el amanecer de una nueva era en el tenis mundial.