Mientras Stefanos Tsitsipas se prepara para su regreso a las canchas este miércoles en el Masters 1000 de Toronto frente al australiano Chris O'Connell, la controversia con su exentrenador Goran Ivanisevic sigue escalando a niveles preocupantes para el mundo del tenis.

El tenista griego volverá a la acción después de haberse retirado por lesión en Wimbledon, torneo que resultó ser su última colaboración con Ivanisevic tras un breve período trabajando juntos. La separación profesional ha derivado en un intercambio público de acusaciones que no parece tener fin.

Ivanisevic lanzó duras críticas sobre la ética de trabajo del heleno en declaraciones a 'Sport Klub': "Quiere, pero no hace nada. Está todo el rato con el 'yo quiero, yo quiero', pero no veo ningún progreso. Me quedé en shock, nunca había visto un tenista tan poco preparado en mi vida. Con mi rodilla, estoy tres veces mejor preparado que él".

La respuesta de Tsitsipas no se hizo esperar y fue igualmente contundente, calificando al croata de "dictador" durante un evento benéfico en Grecia: "Es difícil trabajar con dictadores que hablan mal de ti y no son cercanos conmigo ni mi entorno. Solo quiero construir un equipo que sea una familia, con los que pueda contar como amigos cuando acabe mi carrera".

Para complicar aún más la situación, Patrick Mouratoglou ha entrado en escena criticando a Ivanisevic por sus comentarios públicos contra el griego. Esta intervención provocó una nueva reacción del técnico croata en una entrevista con la extenista Anna Chakvetadze: "Si (Mouratoglou) tiene algún problema conmigo, que me llame. No ando por ahí diciendo lo que pienso de él. Prefiero no decir lo que pienso de él".

Este desagradable episodio continúa alargándose innecesariamente, dejando una imagen poco favorable de todos los implicados mientras Tsitsipas intenta concentrarse en su retorno competitivo en Toronto.