Un año después de colgar las zapatillas, Rudy Fernández, figura emblemática del baloncesto español, ha encontrado un nuevo ritmo de vida alejado de las canchas pero sin desvincularse completamente del deporte que le dio todo. El mallorquín de 40 años, cuya extraordinaria trayectoria incluye 13 temporadas con el Real Madrid, seis con el Joventut y una notable experiencia NBA, será embajador de la FIBA en el próximo Eurobasket que se celebrará del 27 de agosto al 14 de septiembre.
El palmarés de Fernández habla por sí solo: siete Ligas, tres Euroligas, seis Copas y nueve Supercopas con el conjunto blanco, además de un impresionante botín de 11 medallas con la selección española, convirtiéndose en el único jugador que ha conseguido los seis oros (cuatro europeos y dos mundiales) del combinado nacional masculino.
"Francamente, echar de menos el baloncesto a nivel competitivo, no lo echo de menos", confiesa Rudy, quien asegura que su decisión de retirarse fue totalmente meditada, aunque reconoce que al asistir a partidos como espectador vuelve a sentir esa adrenalina que caracterizó su carrera. A diferencia de otros deportistas, su retirada no vino forzada por limitaciones físicas: "Acabé la temporada sintiéndome bastante bien. Físicamente podría haber seguido un año más", pero primaron las necesidades familiares y su deseo de dejar paso a nuevas generaciones.
Sobre los cambios generacionales en el baloncesto, Fernández observa una evolución física notable: "El joven de hoy está mejor preparado físicamente que antes". También señala el creciente atractivo de las universidades estadounidenses como un punto de inflexión para el desarrollo de jóvenes talentos europeos, aconsejando a estos que tengan "paciencia" en su camino hacia el éxito profesional.
Cuando se le pregunta por la sorprendente destitución de Chus Mateo como entrenador del Real Madrid apenas una semana después de conquistar la ACB, Rudy se muestra diplomático: "En el deporte no hay memoria y tienes que asumir este tipo de cosas". Sobre Sergio Scariolo, su sucesor, destaca su metodología y exigencia: "Es muy metódico. Tiene las cosas muy claras y quiere que su equipo le siga a rajatabla".
El Eurobasket 2022, donde lideró como capitán a una renovada selección española hasta el oro, representa para él un momento especialmente emotivo: "Fue un año muy bueno, increíble. Para mí fue muy, muy especial". Esa experiencia reforzó su visión del equipo nacional como una verdadera familia.
Actualmente, además de dedicar tiempo a sus tres hijos, Rudy ha encontrado en el golf una nueva pasión que comparte con su esposa: "Me ha enganchado. Es un deporte que me ha dado estar en un espacio agradable, tranquilo. Puedo competir contra mí mismo", explica quien fuera uno de los jugadores más carismáticos y competitivos del baloncesto español.