Hoy se cumple exactamente un año desde que el boxeador ucraniano Aleksandr Jizniak alcanzó la cima de su carrera deportiva al conquistar la medalla de oro olímpica el 7 de agosto de 2024 en París.

Esta victoria dorada representó una verdadera redención para el atleta ucraniano, quien había sufrido una dramática derrota en la final de Tokio 2020. A pesar de enfrentar una lesión y un paréntesis de 13 meses antes de los Juegos de París, Jizniak demostró una determinación inquebrantable para superar un camino extremadamente difícil hasta la final.

El combate decisivo por el oro estuvo marcado por una tensión extraordinaria, con ambos contendientes prácticamente igualados durante los primeros asaltos. Sin embargo, fue en el tercer round donde el 'tanque de Poltava', como se le conoce, exhibió su verdadero carácter, conectando una serie de golpes potentes contra su rival kazajo. Los jueces finalmente otorgaron la victoria a Jizniak.

Las lágrimas que rodaron por el rostro de Aleksandr mientras sonaba el himno nacional de Ucrania se convirtieron en un símbolo de resistencia, carácter indomable y fe en sí mismo. Tras la plata en Tokio, Jizniak no se dio por vencido. A pesar de las dificultades, regresó y triunfó. Por él mismo, por su familia y por toda Ucrania.